jueves, 23 de julio de 2009

Comienzas sintiendo ese cosquilleo en el estomago, que para nada es agradable. De ahí se mueve rapidamente hasta tus brazos, tus piernas... hasta llegar a tus cuerdas vocales. Y ese es el momento en que mandas todo a la mierda y sueltas un: Aquí te quedas!


A veces pienso que si esto nos ocurriera mientras estamos sentados en la arena de una playa, todo sería distinto.