sábado, 2 de abril de 2011

Me siento tan pequeña que llega un momento en el que ni me siento. Le echo tanto de menos, sus abrazos, sus sonrisas... Soñaba con que llegara el buen tiempo y con él,  los paseos y las tardes tirados en el césped. Pero ya no hay nada de eso. Vuelve el sol, el calor, pero él se va. Sólo se de él por lo que me cuentan. No ha vuelto a hablarme y yo, aunque me muera de ganas, no quiero hacerlo. Quiero dejar que sea él quien se de cuenta de que he sido importante para no querer que abandone su vida, o que sienta que le necesito, y él a mi,y que no quiera que nos perdamos. Pero tengo que dejar de engañarme y empezar a darme cuenta de que no va a ser así. De que por mucho que sepa, y por mucho que sea la única persona que sabe toda la verdad sobre mí, y sobre mi vida, me va a dejar perder. Y eso es lo que más me duele. Saber que ha pasado de ser la única persona que se preocupaba de mí y que de verdad le importaba que estuviera bien, a no importale lo más minimo. Y sin importarle nada, sin importarle lo que hay, lo que tengo o todo lo que haya pasado. Ojala supiera la manera en que hacer que no desapareciese de mi vida, o que me echara de menos y me necesitara, y quisiera saber de mí. Pero a día de hoy no hay nada, y no sabeis lo que duele pensar y estar segura, en que nunca más lo habrá.


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