sábado, 6 de septiembre de 2008



Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos andan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición…)La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos.En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
Buenos días.
Buenos días - Respondió el guardián
¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
Esto es el cielo.
¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!
Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señaló la fuente.
Pero mi caballo y mi perro también tienen sed…
Lo siento mucho – Dijo el guardián – pero aquí no se permite la entrada a los animales.
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber sólo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante.
Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles.
A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
Buenos días – dijo el caminante.
El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo
Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar - Podéis beber tanta agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed.
El caminante volvió atrás para dar gracias al hombre
Podéis volver siempre que queráis – Le respondió éste.
A propósito ¿Cómo se llama este lugar? – preguntó el hombre.
CIELO.
¿El Cielo? Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
Aquello no era el Cielo. Era el Infierno – contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo.¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! – advirtió el caminante.
¡De ninguna manera! – increpó el hombre
En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos…

Paulo Coelho.






Despues de todo, va a ser cierto eso de que los animales son
los mejores amigos del hombre...





4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y, moraleja, para que te vayas fiando de las primeras impresiones...

Kisses!

Anónimo dijo...

Leí esta historia cuando me la pasaron en un correo en cadena, pero no sabía que era de Paulo Cohelo!

Los animales pueden llegar a ser grandes amigos, pero todos deberíamos poder contar con una persona que no nos deje en el camino ;)

Aunque si lo hace... ya sabemos lo que le espera! Muuuuajajajaja! ^^

Anónimo dijo...

Me encantan las historias de este hombre y también las de Jorge Bucay. La historia es muy cierta, los animales son mejores amigos que las mismas personas.

Muchos besos

Tana dijo...

Alex : Como decía mi abuela: "Fiate tú de las primeras impresiones, que a saber como acaban..."
Sin duda.

Saphy : Siii, es uno de mis escritores! Lo bueno de los animales, a mi parecer, es que son fieles hasta la médula. Por el contrario a las personas nos puede cambiar un poco el sentido de la veleta :S

Si la tocas otra vez... : Creo que el único que nunca me decepciona es mi perro. Jajajaja

Un beso a todos!!